lunes, 4 de julio de 2016



Los Tres Amigos
 Reflexiones sobre la visita de Enrique Peña Nieto a Canadá

La visita de Enrique Peña Nieto a Canadá ha sido motivo para emprender el escarnio público a este personaje; el video donde aunque es abiertamente excluido de la conversación trata de incorporarse; la respuesta que recibe a su discurso sobre el populismo; la foto en que Obama y Trudeu festejan algo y Peña está tratando de comprender el chiste… todas ellas, nos han hecho reír bastante sobre todo por la poca simpatía que algunos sentimos por el personaje y aprovechamos cualquier oportunidad que nos da para la mofa.

Foto: Twitter vía @blasan1974
Pero habría que recordar que Enrique Peña Nieto no viajó en su papel de Enrique, sino como Presidente de la República, el más alto dignatario del país; y las mofas, exclusiones y desprecios  pueden atribuirse también a la figura presidencial.  Hemos dejado en manos de personas que dan pena ajena el mas alto cargo del país, desde Fox hasta Peña Nieto, la figura presidencial ha sido motivo de vergüenza, ya sea por tonterías de sobrios o borrachos.       
El triste papel de Peña, es el triste papel que representa la ideología que ha venido gobernando este país, que apostó por la integración en el bloque comercial de América del Norte.  Esa élite mexicana que cree que pertenecemos a al grupo de amigos ricos.
Esta foto me recuerda a un tipo de la preparatoria que insistía en ser amigo de un grupo al que denominábamos la Gente Bonita, que integraba a la élite social y económica de esa generación.  La Gente Bonita permitía que este chico estuviera con ellos, lo dejaba acompañarlos y le otorgaban un papel de entre mandadero, mascota y curiosidad.  Él creía que pertenecía al grupo y que en efecto eran sus amigos, de lo que no había cosa más lejana pues jamás gozó de la confianza total ni cercanía de ninguno de ellos y por supuesto tampoco fue novio o tuvo algún romance con alguna de las chicas que integraban esa camarilla.  El tipo jugaba el triste papel de quien se esfuerza por incorporarse a un club del que nunca será parte, aunque haya pagado la cuota de admisión.
El sector que ha estado gobernando el país durante más de dos décadas le ha apostado a jugar ese rol, ha decidido entregar todo con tal de pertenecer y lograr su inclusión en el grupo de los los tres amigos, nada más lejano de eso, a pesar de que hayamos pagado y sigamos pagando la cuota a través de entregar la industria petrolera, dejar desprotegido al campo, poner en riesgo la soberanía alimentaria y hacer todo posible por entregar lo último que nos queda, la salud y la educación.  En ello, como puede verse, no hemos ganado gran cosa, salvo pasar de 40 a 60 millones de pobres y sobre todo, haber perdido la dignidad como pueblo.  Aún así, todavía no se consolida ese trío de cuates como vimos en la pasada visita de Peña. 
Mi pregunta es ¿hasta dónde habremos de llegar?, ¿hasta qué punto vamos a entender que no somos los tres amigos?, que son dos amigos y una mascota y está en la mascota seguir jugando ese papel o volverse a donde pertenece y empezarse a comportar con más dignidad frente al grupo de los dos amigos, lo que no excluye las relaciones de colaboración pero sí las establece desde un lugar de respeto.