El sismo del pasado 19 de septiembre hizo caer una de las tres esculturas de Manuel Tolsá que adornan el frente de la Catedral Metropolitana, la Esperanza, una de las virtudes teologales.
Los diarios señalaban la nota con el título "Tras el Sismo, en la Catedral se Cayó la Esperanza", pero la esperanza no se cayó, bajó de su pedestal y salió de su envoltura para meterse en nuestro pecho.
Para mostrarnos que a pesar de todo aquí está el pueblo, y que en él vive la esperanza y también la fe, la caridad. Cuando creíamos que para este país no había remedio, asediados por la corrupción, el robo, la rapiña, la muerte; se yergue La Esperanza y nos toma de la mano, levanta al pueblo valiente, dispuesto, generoso, presto a hacer frente a la tragedia y señalarnos el rumbo, a mostrarnos que unidos podemos encarar todo.
Los diarios señalaban la nota con el título "Tras el Sismo, en la Catedral se Cayó la Esperanza", pero la esperanza no se cayó, bajó de su pedestal y salió de su envoltura para meterse en nuestro pecho.
Para mostrarnos que a pesar de todo aquí está el pueblo, y que en él vive la esperanza y también la fe, la caridad. Cuando creíamos que para este país no había remedio, asediados por la corrupción, el robo, la rapiña, la muerte; se yergue La Esperanza y nos toma de la mano, levanta al pueblo valiente, dispuesto, generoso, presto a hacer frente a la tragedia y señalarnos el rumbo, a mostrarnos que unidos podemos encarar todo.
